Vendedores ambulantes se quedan sin bono en Livingston

23 julio 2020

Los comerciantes se quejan de no haber sido incluidos en los listados que la municipalidad elaboró en abril y envió al ministerio de Desarrollo.

 

Teodoro Pérez ha sido por 25 años fotógrafo en el puente de Rio Dulce y áreas cercanas, ahora tiene lista su cámara fotográfica por si le sale un cliente mientras vende cocos. Foto: David Carrillo.

 

Por David Carrillo

 

El ministerio de Desarrollo otorgó el bono de Q1,000 a 1,125 vecinos de Livingston y de la aldea Frontera Río Dulce, Izabal, que trabajan en la economía informal y que figuraban en los listados enviados por la municipalidad. Sin embargo, los venderos ambulantes quedaron fuera.

La alcaldía convocó a lancheros, pilotos de mototaxis y microbuses, pescadores, vendedores de comida durante la semana del 9 al 14 de abril para solicitar sus datos. Esto porque la decisión de elaborar los listados recayó en las autoridades locales. El plazo para enviar la información fue el 15 de abril. Dos meses despues, el 5 de junio, recibieron el aporte.

“Tuvimos la suerte de entregar la papelería a tiempo y fuimos los únicos en el departamento de Izabal que cumplimos con ese programa. El gobierno necesitaba la papelería y teníamos una fecha límite. Hay gente que no pudo inscribirse y tocó ayudarles con bolsas de víveres”, comenta el alcalde Daniel Esaú Peña.

Pasada esa fecha, los vendedores ambulantes solicitaron ser incluidos en el beneficio, sin embargo, el Mides no dio oportunidad de agregar más, admite el jefe edil.

Porfirio Flores Ortíz es lanchero desde hace 25 años en el Parque Nacional de Río Dulce y sus actividades junto con las de 145 lancheros más quedaron detenidas desde el 17 de marzo cuando el presidente de Guatemala, Alejandro Giammattei, suspendió el transporte público.

“Llevamos nuestros documentos para que nos agregaran y gracias a Dios salí beneficiado. Me llegó el mensaje para poder recibir los Q1,000, pero llevamos cuatro meses sin trabajar y es el único pago que hemos recibido. Empornac, la asociación de extranjeros y otros empresarios nos hay ayudado con víveres”, comenta.

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Roxana García quien junto a su pequeña Merlin tienen una venta de Artesanías en el parque de la aldea Fronteras Río Dulce. No recibió ayuda del bono al comercio informal. Foto: David Carrillo.

Los excluidos

 

Eliseo Miguel es una persona de 41 años con discapacidad que se dedica a vender cocos fríos desde hace 13 años. Se moviliza en un triciclo fabricado a sus necesidades que traslada en la parte trasera sus productos. Ahora, por la pandemia de la COVID-19 le ha costado vender pues su clientela es en su mayoría turistas.

“Fui a la municipalidad, pero había mucha gente en la cola. Escuché cuando un trabajador dijo que no se lo iban a dar a todos, fue allí cuando perdí las esperanzas de recibir ayuda. Al final no me llamaron”, comenta.

Una situación similar le ocurrió a Roxana García quien junto a su bebé Merlin apenas han sobrevivido estos meses con la venta de artesanías en el parque, bajo el puente de Río Dulce. “Con mi hermano tenemos cuatro años de vender aquí, pagamos Q60 por piso plaza cada año y cuando fuimos a la alcaldía ya habían enviado los listados para el bono”.

Teodoro Pérez lleva 25 años como fotógrafo en el puente de Río Dulce y sus alrededores, pero ahora vende cocos para sobrevivir.  “Yo no cumplía los requisitos a pesar de que pago mi boleto de ornato cada año, pero no fue suficiente y hay que rebuscarse”, comenta.

La municipalidad compró y gestionó ayuda para cinco mil personas. “Hemos comprado 500 quintales de arroz y maíz, recibimos donaciones de víveres de empresas como Perenco, Fundación el Faro, Mi Coope y Cooperativa San Miguel para hacer bolsas de víveres”, comenta.

Desde el 13 de abril, la municipalidad activó el Centro de Operaciones Municipal (COE) que, junto con las gremiales de lancheros, acordaron cancelar tours y viajes marítimos para evitar la propagación del coronavirus. Al 22 de julio, este municipio reportaba 23 casos, según el tablero del ministerio de Salud.

El municipio de Livingston se encuentra en alerta amarilla moderada, lo que significa que a partir del 27 de julio se podría reanudar el transporte público y la actividad turística con restricciones. Con estas medidas de reapertura los vendedores de la economía informal esperan recuperarse poco a poco de esta crisis.

 


«Esta nota es producto de una capacitación impartida por Laboratorio de Medios, S.A. a corresponsales departamentales bajo financiamiento del National Endowment for Democracy, NED. El contenido es responsabilidad de su autor».