Hans Arévalo, el proveedor multiusos que ganó Q4.8 millones en compras municipales

20 enero 2021

En tres años, obtuvo 337 adjudicaciones de construcción, alimentos, pirotecnia, sonido, estudios ambientales y demás requerimientos de las alcaldías.

Toma de posesión del alcalde de Santo Domingo Suchitepéquez, donde Hans Arévalo vendió Q20 mil en almuerzos para los asistentes. Facebook Emisario del Pueblo.

 

Por Carmen Maldonado Valle

 

Hans Obrallyn Arévalo tiene una abarrotería, una constructora y una venta de artículos deportivos, según Guatecompras. Y desde 2017 también se ha encargado de vender churrascos, planificar presentaciones musicales, trasladar a los empleados y todo lo que las alcaldías le pidan. En los tres años en los que ha sido proveedor municipal las adjudicaciones sumaron Q4.8 millones.

De los 337 pedidos que las instituciones del Estado hicieron, solo una estuvo a cargo del Registro Nacional de las Personas por Q1 mil 400. El resto fue con comunas de Suchitepéquez, Sololá, Escuintla, Quetzaltenango y Retalhuleu.

 

Multiusos

Las facturas de Arévalo, sin importar cuál de los tres establecimientos proporcione el servicio, aparecen bajo el mismo número de identificación tributaria (NIT). De acuerdo con  Kimberly Acabal, contadora pública, “esto no es ilegal. Una persona puede tener varios establecimientos bajo su mismo NIT porque se toman como sucursales. Tampoco se requiere una patente de comercio por cada negocio”.

En este caso, la Superintendencia de Administración Tributaria (SAT) tiene en su base de datos a la comercializadora y constructora “Hans”, registrada el 8 de septiembre de 2017, aunque la patente de comercio  que figura en Guatecompras tiene fecha 9 de octubre de 2018. Y también factura como “Abarrotería Arévalo” o “Ventas de implementos deportivos”.

Se estrenó como proveedor el 13 de septiembre de 2017, cinco días después de inscribirse, al vender a la alcaldía de  Santa Lucía Cotzumalguapa, Escuintla, 62 tubos de concreto y a la Zunilito, Suchitepéquez, 32 tubos de PVC por Q24 mil 560. Esta última le adjudicó, al día siguiente, la reparación de una escuela por Q20 mil y le compró a la abarrotería “Arévalo” —ubicada en San Bernardino, Suchitepéquez—200 quintales de maíz por Q25 mil.

Hans Obrallyn Arévalo no figura en el Registro General de Adquisiciones del Estado. No lo necesita porque no participa en concursos mayores de Q90,000. Es decir, no presenta propuestas cuando se trata de cotizaciones y licitaciones, procedimientos que tardan más de un mes para concretarse. Él opta por compras de baja cuantía. Así ganó Q213 mil 415 durante sus primeros 30 días como proveedor municipal,  con 11 transacciones gestionadas municipios distintos al suyo.

 

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Primeras cinco transacciones de Hans Arévalo como proveedor del Estado, por un total de Q104 mil 360 en cinco días. Foto: Guatecompras.

 

Durante 2017, la constructora y la abarrotería proveían de artículos propios de este tipo de negocios, como cemento, mantenimiento a edificios, reparaciones, granos básicos, víveres, entre otros. Mientras que el año siguiente, por ejemplo, comenzó la venta de implementos deportivos desde su tienda ubicada en Santa Lucía Cotzumalguapa, Escuintla.

Desde este establecimiento se hizo cargo de la escenografía y mobiliario para actividades de la municipalidad de Masagua, Escuintla, por Q14 mil 500. También proporcionó los trofeos para los campeonatos deportivos de Río Bravo, Suchitepéquez, valorados en Q24 mil 500.

Su comercializadora comenzó a prestar servicios de acarreo de basura y limpieza para la playa pública de San Lucas Tolimán, Sololá, donde ganó Q12 mil 500, o a vender pollo a la alcaldía de Cuyotenango, Suchitepéquez, por Q3 mil 888. A esta le ofreció reparar caminos por Q17 mil 250, mientras que dos semanas más tarde ganó Q48 mil 500 por el traslado de alumnos de Río Bravo a excursiones, además de llevar y traer a sus jugadores de fútbol y básquetbol.

Arévalo se encargó de actividades sociales al proveer los almuerzos que la comuna de San Bernardino ofreció en la feria patronal por Q4 mil 480. Luego viajó a Río Bravo para instalar las luces, pantalla y escenario por Q24 mil, porque ellos se encontraban en plena feria. Allí también fue contratado para llevar a cabo shows de fuegos pirotécnicos valorados en Q22 mil 500, transmitir anuncios municipales desde el carro por otros Q24 mil 800, y organizar la presentación de un grupo musical durante un concurso por Q23 mil más.

Santo Tomás la Unión, Suchitepéquez, es uno de los municipios que ha contratado en varias ocasiones a la constructora “Hans” para arreglar calles o dar mantenimiento al alumbrado público. Pedro Chavaloc, el alcalde, afirma que la contratan porque hizo un buen trabajo con sus antecesores. “No hemos tenido problema y el precio es bueno”.

Por otro lado, David Aguilar, encargado de comunicación de Patulul, Suchitepéquez, sostiene que han contratado a Arévalo para instalar el escenario y el audio de los eventos porque “ofrecían mejor precio que otras empresas que están más cerca”.

Ni en Guatecompras ni en las facturas aparece algún número telefónico o correo electrónico de Hans Arévalo para localizarlo. Tampoco los alcaldes facilitaron algún contacto so excusa de no tenerlo a mano. Se intentó localizar a Wilmer Gómez, contador que la SAT registra que trabaja para Arévalo, pero no atendió las llamadas.

Walter Figueroa, economista del Instituto Centroamericano de Estudios Fiscales (Icefi), explica que la Ley de Contrataciones del Estado no impide que una institución gubernamental compre un producto a una empresa que aparenta estar diseñada para otro tipo de servicios, pues la ley procura la conveniencia del Estado al momento de comprar. “Si este proveedor ofrece mejores precios a pesar de que su negocio no se dedique a la venta de un bien específico, es lícito que las instituciones lo contraten”, agrega.

El problema, advierte Figueroa, es que en algunos casos se sacrifique la calidad del bien por el precio. “No es lo mismo comprarle a un revendedor que a quien se especializa en ciertos productos. Es como comprarle camisas a una taquería: se puede, pero no es lo que necesariamente le sale mejor”.

 

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