En Totonicapán, el 58.2 por ciento de niños menores de cinco años está desnutrido

15 febrero 2018

Para contrarrestar el problema, las autoridades locales han puesto en marcha un proyecto tendiente a garantizar la soberanía alimentaria.

Juan Pablo Recinos, nutricionista del Centro e Salud de Momostenango, durante una visita de campo en ese municipio. Foto: Gilberto Escobar

 

Por Gilberto Escobar

El 58.2 por ciento de niños de Totonicapán padece desnutrición crónica. Los datos, de 2016 y proporcionados por Mónica de Ramos, Encargada de Nutrición de la Dirección del Area de Salud de ese departamento, muestran marcadas diferencias en sus ocho municipios.

La situación más crítica se registra en Santa María Chiquimula. En ese municipio, el 72.7 por ciento de niños presenta cuadros de desnutrición crónica. Le sigue Santa Lucía La Reforma (69.7 por ciento); Momostenango (64.5 por ciento); San Bartolo (56.7 por ciento); San Andrés Xecul (55.8 por ciento); San Francisco El Alto (52.6 por ciento), Totonicapán (48.2 por ciento) y San Cristóbal (45.4 por ciento).

Los de 2016, según indicó de Ramos, son los últimos disponibles. Sin embargo, representan un descenso con respecto a 2015 cuando un estudio realizado por la Secretaría de Seguridad Alimentaria y Nutricional (Sesan) determinó que el 60.7 por ciento de menores de cinco años de Totonicapán padecía cuadros de desnutrición crónica.

«Las cifras son alarmantes», afirmó Juan Pablo Recinos, nutricionista del centro de salud de Momostenango. «Pero se están haciendo esfuerzos para combatir la desnutrición. De hecho este municipio es pionero porque ya trabaja bajo la base de una política pública de seguridad alimentaria y nutricional con énfasis en niñez y adolescencia».

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Otro municipio que trabaja en esa misma línea es Totonicapán. «La idea es que los modelos que se implementen en estos dos se reproduzcan en los otros seis. Nos preocupa, por ejemplo, el índice de desnutrición crónica en Santa María Chiquimula».

La política pública de seguridad alimentaria y nutricional tiene cuatro componentes. El primero es disponiblidad y acceso a alimentos. El segundo hace énfasis en el consumo de los mismos. El tercero va en la línea de la protección integral de la niñez y la adolescencia y el último, en fortalecer el entorno sociopolítico municipal.

«Este andamiaje» explica Recinos, «se ha establecido para que el Estado y la sociedad civil trabajen en forma conjunta para solucionar el problema».

De hecho, en Totonicapán, como parte de los esfuerzos de enmarcarse dentro de la política arrancó en noviembre de 2017 con el proyecto «Atención a la Seguridad Alimentaria y Nutricional» dirigida a las mujeres y que consiste en la entrega de bolsas de alimentos.

«Se ha entregado a 6 mil 600 familias, lo cual es equivalente a 39 mil 600 personas» indicó Edwin Juan Carlos Rodas, Director Municipal de Planificación. Cada bolsa contenía una botella de aceite de medio litro, cuatro bolsas de pasta, una bolsa de azúcar de cinco libras, dos libras de arroz y una libra de frijol.

«Nuestro objetivo» señaló Rodas «es mejorar la calidad de vida de los niños».

Romelia Ajpacajá, una vecina favorecida con este proyecto afirmó que la ayuda fue muy importante. «Lo malo es que solo una vez al año nos la dan». Ajpacajá es madre soltera, de 46 años, y siete hijos. De ellos, ninguno va a la escuela.


Esta nota es producto del Diplomado «Periodismo y Desigualdades» impartido por Laboratorio de Medios, S.A., a comunicadores de varios departamentos de Guatemala con financiamiento de Oxfam y la Inter-American Foundation (IAF). El contenido es exclusiva responsabilidad de su autor.