En ocho de las primeras 20 localidades de este ranking sus jefes ediles han enfrentado procesos penales o antejuicios. Por ahora no es posible determinar cuál es el impacto de la corrupción.
Por José Pablo del Águila
La Fundación para el Desarrollo de Guatemala (Fundesa) presentó su Índice de Competitividad Local, (ICL) un estudio que incluye a los 340 municipios de Guatemala.
Está relacionada con la productividad que se refleja en los ingresos económicos de los habitantes y en su bienestar, explica el informe de la organización. Este incluye un ranking de las 20 localidades con mayor competitividad. El puesto 1 lo ocupa Guatemala, le siguen Santa Catarina Pinula y San Miguel Petapa.
Listado de los municipios MEJOR evaluados #ICL2019 pic.twitter.com/elIaoQ5BRE
— FUNDESA (@FUNDESA) 18 de julio de 2019
Ocho de los primeros 20 municipios han sido gobernados por alcaldes que enfrentan procesos penales o antejuicios por presunta corrupción en la administración pública.
Juan Carlos Zapata, director de Fundesa, comentó que no fue posible incorporar una variable que midiera el impacto de la corrupción en el ICL porque no hay estudios que midan la percepción de corrupción a nivel municipal.
Esto consistiría en preguntar a los habitantes de las localidades qué tanto les afecta la corrupción de su comuna.
Lo que sí se incluyó para el análisis fue el Ranking de Gestión Municipal que elaboró la Secretaría General de Planificación (Segeplan) en 2016. Mide qué tan transparentes son las 340 comunas, dijo Zapata.
“Hay un esfuerzo, se trabaja con lo que se tiene porque no hay mucha información disponible sobre percepción de la corrupción”.
Ricardo Barrientos, del Instituto de Estudios Fiscales (Icefi), considera que Segeplan, en su ranking de gestión municipal, debería medir el índice de percepción de corrupción a nivel local. La falta de estos datos representa una debilidad, tanto para el ranking que realiza Segeplan, como el que hizo Fundesa, comenta Barrientos.
Ambos consideran que la corrupción es uno de los factores que limitan la competitividad ya que los recursos que deberían destinarse a inversión pública se desvían.
Para medir el ICL Fundesa evaluó en cada municipio sus instituciones, infraestructura, el desarrollo y adaptación a las nuevas tecnologías de la comunicación, entorno económico, la salud, fuerza laboral y educación, inversión, mercado laboral, sistema financiero y cobertura bancaria, producción local, los negocios y la capacidad de innovación.
Los costos de la corrupción no se miden
Para la academia es imposible determinar cuáles son los costos de la corrupción en un país.
El Icefi, en su publicación “La corrupción, sus caminos e impactos en la sociedad y una agenda para enfrentarla en el Triángulo Norte Centroamericano”, aclara que lo más que se puede hacer es evaluar cada caso de corrupción de forma individual y comparar los recursos perdidos en corrupción con otros rubros presupuestarios.
Esta es una forma técnica de dimensionar el costo social de los actos de corrupción, refiere el estudio.
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